La accesibilidad intelectual complementa la accesibilidad física y sensorial en la visita a los edificios históricos, entendida como la percepción de los valores histórico-artísticos. La escala arquitectónica de las
catedrales, distancias horizontales, verticales y ángulos visuales, impiden apreciar detalles constructivos y
decoraciones, y por otro lado, comprender la iconografía religiosa, si no se cuenta con información previa. En ambos casos, se requieren ayudas tecnológicas para un buen aprovechamiento de los itinerarios de
visita.