Algunos de los efectos de la globalización han sido los de homogenizar, en cierto sentido, las políticas económicas, sociales y culturales, que en caso de la producción de la vivienda, se manifiesta en la
construcción de un código que parece ser eficaz al ofrecer desarrollos habitacionales aparentemente adecuados a la demanda actual de consumo. Arquitecturas de “apariencia” cuyo propósito es convencer y seducir, la cual en muchas ocasiones no cumple con lo ofertado a través de los medios publicitarios, pero los cuales inciden en la construcción del imaginario arquitectónico-social.