Las ciudades turísticas intentan recrear los imaginarios internacionales sobre culturas determinadas, adaptándose a las expectativas que se tengan sobre el sitio a visitar. Los imaginarios son la realidad social construida desde los ciudadanos. A través de ellos las personas aprehendemos y explicamos las percepciones que nos formamos sobre los otros, los eventos y relaciones, así como sobre las obras y objetos.
En las ciudades del turismo emergentes, la construcción de los equipamientos turísticos, tanto públicos, como privados, hace tabula rasa de la ciudad preexistente, dejando de lado las experiencias culturales
locales, para preparar un escenario óptimo, que haga atractivo el sitio al público extranjero. En ese sentido los referentes culturales de lo mexicano, plasmados en la arquitectura, retoman elementos de
distintas regiones y momentos históricos, acordes al imaginario internacional. Esos lenguajes arquitectónicos funcionan como referencia de autenticidad del espacio consumido, validando la experiencia turística.
El objetivo de este trabajo es dar luz sobre el origen de las formas arquitectónicas –la morfogénesis- de una ciudad turística emergente. Es decir, observaremos los lenguajes urbanos y arquitectónicos, y la
relación que los diseños exhibidos guardan hacia el imaginario internacional de la cultura mexicana. Para ello, utilizaremos como instrumentos los recorridos que los turistas hacen para acceder a los desarrollos
turísticos, las imágenes expuestas en lugares específicos, así como el análisis del relato emitido por el turista en relación a la experiencia vivida. Nuestros medios de acceso serán las imágenes reales
(tomadas in situ por las autoras) y aquellas recogidas de los sitios web de las cadenas hoteleras y de las bitácoras personales (blogs) de turistas disponibles en Internet. Con estos instrumentos pretendemos
asociar los lenguajes plásticos del sitio con aquellos provenientes de imaginarios internacionales sobre la cultura mexicana, más allá de los de la realidad del sitio analizado. Retomamos a manera de ejemplo dos
puntos de vista: el del promotor inmobiliario y del turista. El caso de estudio es Puerto Peñasco, Sonora, ciudad que ha sufrido una fuerte conversión a las
actividades turísticas en los últimos diez años y cuyo auge inmobiliario, representa un caso emblemático del turismo en el noroeste mexicano.
Adelantándonos a manera de breve conclusión, podemos señalar que las imágenes montadas en el armado y diseño del puerto anterior cumplen la paradójica función asentarse en la memoria del viajero (crear una ciudad memorable y singular), a la vez que autentifican la experiencia turística, es decir, son imágenes congruentes con el imaginario que el turista se ha formado aún antes de iniciar su recorrido, ya sea a través de los relatos de otros viajeros o del discurso del promotor inmobiliario. Ambos disponibles con la facilidad de un clic.
Por otro lado, los referentes buscados por los promotores turísticos, están ligados, mediante la arquitectura y el urbanismo a la antigua arquitectura mexicana, de las culturas prehispánicas, las haciendas rurales y la arquitectura colonial, que poco o nada tienen que, ver con las actualidad de las ciudades mexicanas y mucho menos con el entorno regional de Puerto Peñasco. Sin embargo, ese tratamiento permite la creación de un ambiente "ideal" para el acercamiento a la cultura mexicana que los turistas esperan.
Al contrastar los puntos de vista de un viajero y de un promotor inmobiliario de esta localidad portuaria, daremos cuenta de la ciudad deseada y de la ciudad ficción, acercándonos de esta manera a la "ciudad
real", que bien pareciera la copia de las dos anteriores.