Ciutat Vella, Ciudad Bella

Autores/as

  • Francisco Peremiquel Lluch

DOI:

https://doi.org/10.5821/qru.9617

Resumen

Ciutat Vella, como muchos centros históricos, ha visto reducirse el número de habitantes casi de manera tan rápida a como se ha ido produciendo la transformación del tejido urbano. Los que van quedando van siendo relegados a los fragmentos menos habitables del tejido. El vaciado físico y funcional, clave en el éxito de la transformación, ha ido fragmentando el tejido en partes y aislándolas entre sí. Y los habitantes, cada vez más, lo son de paso, sobre todo turistas. La habitabilidad necesaria en la vivienda y en la calle (espacio urbano) ha de ser un objetivo imprescindible de cualquier acción urbanística. La belleza de Ciutat Vella radica precisamente en la posibilidad de ser un espacio habitable y habitado, sano, eficiente y equitativo. La continuidad espacial y el equilibrio funcional son factores esenciales, para mantener el carácter del lugar, su identidad y la vida cotidiana de quien vive y trabaja. Lo contrario es lo que en términos pictóricos denominaríamos naturaleza muerta.

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