Empresas disruptivas y contenciosas: megaproyectos en Bilbao, Estambul y Hong Kong
DOI:
https://doi.org/10.5821/ctv.8503Palabras clave:
Megaproyectos disruptivos, megaproyectos contenciosos, Bilbao Estanbul, Hong KongResumen
Para aumentar su visibilidad global, muchas ciudades han emprendido en las últimas dos décadas estrategias de revitalización y re-desarrollo que en muchos casos incluyen la construcción de megaproyectos emblemáticos, a menudo edificios icónicos desde el punto de vista arquitectónico. La expectativa era que tales edificios y estructuras icónicas internacionalizarían la ciudad, la pondrían "en el mapa", atraerían inversiones globales, visitantes y turistas, y contribuirían así a resolver el problema perenne de mejorar el bienestar y la prosperidad de los urbanitas. La ciudad de Bilbao, España, es un ejemplo legendario (uno que tiene más éxito que otros) de este enfoque en el desarrollo urbano a través de la construcción de una arquitectura espectacular en tiempos de globalización.
Este documento analiza aspectos polémicos en la planificación y desarrollo de megaproyectos en tres ciudades de todo el mundo: Bilbao, Estambul y Hong Kong. Nuestro propósito es exponer la variedad de controversias, dificultades, obstáculos, impactos negativos y oposición cívica asociados a la construcción de proyectos urbanos en las tres ciudades. Mostraremos que la naturaleza y la configuración de los proyectos se deben al contexto socioeconómico, de desarrollo, institucional y geográfico donde emergen. Sin embargo, también veremos que los megaproyectos urbanos, independientemente del contexto, constituyen empresas disruptivas y contenciosas y tienen un potencial intrínseco (a menudo realizado) para provocar controversias y críticas sustanciales que cuestionan fundamentalmente los parámetros de los proyectos tal como los previeron y presentaron sus promotores públicamente. Como resultado, es posible resaltar, como se hará en la conclusión de este documento, algunas sugerencias para futuras investigaciones y prácticas de políticas destinadas a la sostenibilidad urbana que se puedan aplicar a la planificación, diseño, gestión, implementación y desarrollo de megaproyectos en todo el mundo. La lista de impactos negativos de los megaproyectos es larga: excesos de costos, impactos ambientales negativos, riesgos de gentrificación, inconvenientes de la ingeniería cultural de arriba hacia abajo, negligencia de las identidades culturales locales, un éxito económico incierto, desplazamientos de población, el deterioro de las estructuras visuales y estructurales de las ciudades. singularidad, aumento de la congestión y sobrepoblación, estancamiento político, amenazas para los ecosistemas, riesgos ambientales de muchos tipos, etc.
En este documento, afirmamos específicamente que los megaproyectos son empresas disruptivas y contenciosas. Son empresas disruptivas, ya que modifican sustancialmente la apariencia física de las ciudades y su tejido urbano, a menudo desencadenando desequilibrios socioeconómicos y realineamientos en los arreglos de poder urbano en máquinas de crecimiento y la sociedad civil. Los megaproyectos también requieren inversiones financieras sustanciales que, en la práctica, pueden agotar los presupuestos locales y alterar sustancialmente las prioridades de los gobiernos locales. Los megaproyectos también son empresas contenciosas debido a la compleja composición de partes interesadas con intereses en conflicto en su planificación, construcción, gestión y gobernanza. Esto a menudo da lugar a obstáculos importantes para la implementación de megaproyectos, la tergiversación estratégica de costos y beneficios, el sesgo de optimismo entre los planificadores y promotores sobre los impactos de megaproyectos y, como resultado, una percepción generalizada entre los urbanitas de que estas estructuras son negativas para sus ciudades.
En vista de todos estos inconvenientes, parece razonable pensar que existen mejores oportunidades de inversión para las ciudades, pero a menudo estas oportunidades no tienen prioridad dado el discurso urbano neoliberal hegemónico que se enfoca en el crecimiento, la visibilidad internacional y la competencia en el ámbito global. Con base en la evidencia en los tres casos (Bilbao, Estambul, Hong Kong), destacamos algunas de las claves para garantizar que los líderes urbanos (y los propios urbanitas como creadores y recreadores de los lugares donde habitan) dejen de priorizar los modelos de desarrollo neoliberal basados en megaproyectos y trabajo para organizar ecosistemas urbanos sostenibles desde una perspectiva ecológica, ambiental y socioeconómica.