En los años 60 y 70 del siglo pasado muchas ciudades latinoamericanas tuvieron una anárquica expansión a través de asentamientos irregulares, formados por la masiva migración rural, los que posteriormente dieron lugar a la formación de colonias populares. En éstas fue común la autoconstrucción precaria de viviendas y un incansable proceso de gestión y lucha para la introducción de los servicios básicos.
Si a finales del siglo pasado se veía ya que la modernidad de las ciudades traía aparejado muestras de un agravamiento en la división social del espacio, en la actualidad, cuando ya han transcurrido diez años de este nuevo siglo, estos problemas son notoriamente perversos. Por doquier se producen desarrollos y fraccionamientos de viviendas residenciales con distintos nombres: “cottos”, fraccionamientos defensivos, cerrados, etc. en los cuales los servicios básicos son proporcionados por los mismos usuarios, mientras que al lado de éstos coexisten barrios y colonias populares con viviendas autoconstruidas sin servicios básicos o deficientes.
La producción de vivienda es el principal elemento urbano causante del crecimiento y la expansión de las ciudades. Durante este proceso la ciudad experimenta una gran cantidad de complejas problemáticas, relacionadas entre sí, como los servicios básicos (agua, drenaje, electricidad), recolección de desechos sólidos urbanos, transporte público, dotación de equipamientos e infraestructura, valor y uso del suelo, la vivienda, entre muchos más.
En este estudio, la división social del espacio se representa en el espacio urbano, utilizando cartografía georeferenciada, a través de los tipos de poblamiento formados por los diferentes estratos sociales. Una manera de analizar esta problemática urbana es analizando indicadores censales relacionados con el nivel de ingreso de los hogares, las formas de tenencia de la vivienda, tipos de hogar, genero, edad y otras relacionadas con la calidad de la vivienda como número de cuartos, disponibilidad de servicios, disponibilidad de excusado, baño y cocina exclusivo, disponibilidad de bienes, material en pisos, paredes y techo, entre otras características que influyen en la calidad de vida de sus ocupantes utilizando los datos proporcionados por los censos y conteos de población y vivienda del INEGI a partir de 1990, a nivel de AGEB (Áreas Geoestadísticas Básicas).