Las metrópolis han sufrido en la última mitad de siglo un proceso de descentralización de la actividad económica y el desarrollo de nuevas centralidades fuera de sus cascos tradicionales. Este proceso, ha permitido la generación de subcentros de actividad, que captan actividad económica de los centros urbanos generando nuevos patrones de ocupación del territorio, que coexisten con los procesos de dispersión.
En esta investigación, mediante el análisis de la densidad de empleo, se caracteriza la estructura policentrica de 7 áreas metropolitanas españolas: Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Sevilla, Zaragoza, y Málaga; en el sentido de identificar la forma en cómo la población y la actividad económica se distribuye en 4 tipos de asentamientos: 1) núcleos centrales de actividad, 2) continuos centrales, 3) núcleos satelitales de actividad, y 4) resto del área metropolitana. Los resultados sugieren que el nivel de policentrismo está asociado a dos factores: el tamaño de los sistemas metropolitanos y la matriz territorial en la que se ubican éstos; así, cuanto más grandes son los primeros y más accidentada es la segunda, el proceso de autoorganización espacial de la economía tiende a generar sistemas policéntricos.