De la aspiración a una biografía propia se diversifican y flexibilizan los recorridos vitales. Se flexibilizan
igualmente los hogares patriarcales, cada vez menos autoritarios, con una estructura, composición y
organización diversa que supone una pérdida de referentes y pone en crisis el modelo familiar tradicional.
Flexibilidad que se traduce a los modelos de emancipación; se multiplican y diversifican las formas de
emancipación, los hogares y las necesidades de convivencia y cohabitación hacia una mayor
temporalidad y flexibilidad. Mientras; el urbanismo, la ciudad y las viviendas responden a una estructura,
tipología y gestión rígidas que a menudo no responde a las necesidades presentes y menos se adapta a
las cambiantes situaciones. Urbanismo, ciudad y vivienda, pensado y gestionadas desde la tecnocracia,
alejados de las necesidades y realidades sociales, que pudieran democratizarse mediante el diálogo y el
consenso hacia una mayor flexibilidad y variedad adaptadas a las necesidades de la ciudadanía.
Es en este contexto de flexibilidad y temporalidad personal, más acentuadas durante la juventud, cuando
el proceso de emancipación se retrasa en depender de estructuras rígidas y necesitadas de una
seguridad de la que carecen. En depender de un mercado laboral precario, de unos ingresos inferiores a
la media y de una oferta inmobiliaria rígida y de elevado coste, el proceso de emancipación se retrasa.
Provocando un elevado coste social y personal que con la actual crisis trasciende al resto de colectivos y
al conjunto del territorio. Convirtiendo así determinadas áreas urbanas en zonas susceptibles de procesos
de envejecimiento y de degradación urbana y social cuando la juventud no puede emanciparse ante la
dificultad de acceso a la vivienda. Teniendo que hacerlo en zonas alejadas, a raíz de procesos de
gentrificación en núcleos urbanos, o bien mediante estrategias de diversa índole que a menudo se
traducen en formas de emancipación no deseadas pero realizadas ante la ausencia de alternativas, en la
utilización de un parque de viviendas cuyo estado y características son deficientes, al ser más
económicas,...
Es necesario por tanto pensar en formas de gestión social de la vivienda basadas en la (re)habilitación y
(re)utilización de la ciudad consolidada, para un consumo urbano sostenible económicamente y
socialmente que facilite el acceso a la vivienda y diversifique la oferta inmobiliaria existente, tanto
tipológicamente como por su relación de uso y precio. Democratizando así la ciudad y volviendo al
concepto de la polis griega, que prima la comunidad humana y deja en segundo lugar la estructura física.
Diversificación tipológica y estructural que incidirá también en la variedad de precios y en las posibilidades
de acceso y uso de las viviendas, promoviendo así una cohesión que favorecerá la mixtura social.
El objetivo de la ponencia es analizar y proponer formas de gestión social de la vivienda, extendiéndose al
urbanismo y la ciudad para dar respuesta a necesidades sociales. Haciendo hincapié en la emancipación
y las formas como se lleva a cabo, analizadas a través de una encuesta hecha en 2007 a una muestra de
jóvenes emancipados y una submuestra de jóvenes que no lo están pero tienen una previsión de hacerlo
durante los próximos dos años. Para, a partir de los factores que más la dificultan, realizar propuestas de
gestión social de la vivienda en la ciudad consolidada que la faciliten y promuevan un uso social y
democrático del territorio. Hacia la flexibilización y temporización de los recursos urbanos y habitacionales
para un uso intensivo de la ciudad y como solución a problemas temporales de emancipación.