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Los Paisajes Culturales de Colombia
Núm. 12 (2023)Este monográfico de la revista Identidades se concibió, como sus antecesores, dedicados
a Uruguay, Brasil y Chile, con la voluntad de ofrecer una mirada intencionada sobre los
paisajes culturales de Colombia, que recuperara la definición que en su momento concibió
Carl Sauer, y que explicamos como esa intensa relación entre hábitat y hábitos, esa huella
del trabajo sobre el territorio.
Para ello invitamos a algunas personas, varias entrañables amigas y amigos, y todas
buenas conocedoras de diversos y ricos encuentros de paisajes y paisanaje, a explorar la
enorme complejidad de ese territorio inmerso entre océanos y selvas y atravesado por tres
cordilleras que dan lugar a los valles de los ríos Cauca y Magdalena. Desde estos valles nos
invitaron a una excursión, que persigue recuperar identidades patrimoniales, a reconocer el
camino entre los Andes y los ríos, que siembra culturas a lo largo de su curso.
Explorar el conjunto de paisajes culturales de Colombia hubiera sido un desafío muy
ambicioso para un número de nuestra revista. Por ello la aventura a lo largo de ríos, valles,
lagunas, crestas y montañas, a veces a pie, en vehículo o tren, o guiados imaginariamente
por mapas, tuvo que acotar un paisaje cultural complejo y exuberante de humedales y
páramos. -
Los paisajes culturales del desecho
Núm. 10 (2021)El Laboratorio Internacional de Paisajes Culturales dedica este décimo número de la revista IDENTIDADES a los paisajes del desecho, una categoría particular de paisajes cotidianos y degradados, incluso contaminados, que suelen ser objeto de rechazo por sus connotaciones negativas en el territorio.
Desde los años 60 se detecta un creciente interés por estos paisajes del desecho, conocidos en la terminología internacional como waste landscapes, ya sean industriales, escombreras, minas a cielo abierto, vertederos u otros lugares profundamente alterados por la actividad humana. Durante mucho tiempo fueron rechazados, como símbolo de declive, pero recientemente empezamos a percibirlos con una mirada renovada y positiva, que reconoce en ellos valores singulares y de marcada identidad. Este aprecio crece de manera lenta y progresiva desde diferentes disciplinas, ya sea desde el arte, la arquitectura, el paisaje, el urbanismo, la geología, o la geografía. En contraste con perspectivas que ponen el énfasis en la capacidad destructiva de la intervención humana y reclaman corregir las alteraciones ocasionadas, esta nueva tendencia defiende la puesta en valor de estos espacios como testimonios de la interacción del hombre con su medio.
Cabe traer a colación las últimas reflexiones de Kevin Lynch[1] (1990) sobre la necesidad de cambiar nuestra percepción sobre el deterioro y de buscar alternativas sobre cómo éste puede dar lugar a una experiencia positiva; o las de Alan Berger[2], que manifiesta la extraordinaria belleza de los paisajes de residuos, representativos de la evolución dinámica de las ciudades y desafío para el diseño; o las del paisajista francés Gilles Clement, con su Manifiesto del tercer paisaje[3], que identifica el valor ecológico de los lugares residuales y su importancia como refugios para la evolución de sistemas biológicos. Las renovadas visiones introducidas desde diferentes campos sobre la degradación y la decadencia han contribuido a la paulatina recualificación de dichos paisajes, y, en ciertos casos, han dado lugar a intervenciones que suponen un cambio de paradigma en la consideración de paisajes condenados al rechazo y al abandono.
El presente número de IDENTIDADES reúne nueve interesantísimos artículos redactados por especialistas y académicos que comparten reflexiones sobre esta categoría particular de paisajes culturales, aparentemente problemáticos, pero con notable singularidad y potencial de ser un recurso activo para construir un nuevo futuro en tantos territorios en crisis. Dichos trabajos examinan actuaciones de interés realizadas en estos últimos años, desde diferentes puntos de vista que enriquecen el discurso.
[1] Lynch, K. 1990. Echar a perder. Un análisis del deterioro. Publicación original: Lynch, K. 1990. Wasting away. An Exploration of waste: What It Is, How It Happens, Why We Fear It, How to Do it Well. San Francisco: Sierra Club Books. El libro se publica tras la muerte de Kevin Lynch (1984), con la colaboración de Michael Southworth que se ocupa de la edición de la obra.
[2] Arquitecto paisajista, profesor en el departamento de “Urban Design and Landscape Architecture” del MIT, fundador del laboratorio de investigación sobre la reutilización de paisajes de residuos
[3] Clement, Gilles, Manifeste du Tiers Paysage. Editions Sujet/Objet, Paris, 2004. (Versión castellana: Manifiesto del tercer paisaje. Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2007
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Núm. 8 (2019)
Los paisajes de la minería son testimonios evidentes del esfuerzo del hombre por poner los recursos naturales a su servicio, símbolos de la cultura y de la memoria de las comunidades que los han ido transformando. Son lugares dinámicos, que se van adaptando a las necesidades de cada época. Cuando su ciclo productivo concluye, se mantienen a menudo un variopinto conjunto de evidencias del pasado que les aportan valores patrimoniales. Por otra parte, la notable transformación del medio y la contaminación derivada de la actividad extractiva o las duras condiciones laborales, se traducen a menudo en rechazo de estos lugares, lo que les condena al abandono y la decadencia.
Sin embargo, la conciencia de los valores de las explotaciones abandonadas, por sus nexos con la cultura minera y su potencial aprovechamiento, despierta, en los últimos años, un creciente interés por su recuperación y puesta en valor. Esta tendencia se materializa a través de actuaciones singulares y muy heterogéneas, desde intervenciones mínimas de corrección de los terrenos, hasta proyectos ambiciosos de valoración del patrimonio. Al mismo tiempo, la preocupación por corregir los impactos de la contaminación impulsa algunas operaciones que ponen en riesgo las huellas de la minería.
El Laboratorio Internacional de Paisajes Culturales dedica esta edición de IDENTIDADES al patrimonio minero, para valorar prácticas de puesta en valor de aquellos paisajes y concienciar del potencial de tantas explotaciones abandonadas, que sufren rechazo y degradación. Se examinan actuaciones de interés realizadas en estos últimos años.