Afición, necesidad, orden

Autores/as

  • Uriel Segui-Buenaventura
  • Alejandro Calle-García

DOI:

https://doi.org/10.5821/jida.2016.5128

Resumen

¿De qué sirve enseñar? ¿Es posible aprender? ¿Estudiamos por gusto, o por necesidad? Cada vez gastamos más tiempo tratando de organizar la enseñanza, de introducir nuevas tecnologías o de justificar lo realizado, pero la estructura de los planes de estudios es inmutable. ¿Tiene sentido enseñar lo que no se quiere aprender? o dicho de otra manera ¿es posible aprender aquello de lo que no se tiene necesidad? No defendemos la frase, mezquina y limitadora que dice: "hay que enseñar cosas prácticas", sino una voluntad de exigir a las universidades que sean capaces de inculcar a sus alumnos la necesidad de estudiar, hacer o practicar aquello que les permita arquitectos felices. ¿Es necesario haber sufrido por culpa de las matemáticas, estructuras, proyectos o dibujo? No. Y será contraproducente, pues de nada sirve que, superado el trámite formal del aprobado, se ignore la importancia de lo que se acaba de dejar atrás.

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